lunes, 4 de febrero de 2008

Arcelia Ortíz Galindo

Amor a ti

Abriste la herida,
como si fuera concedido
dañar y hendir mi carne.
Desangrar al silencio
es precio pagado.

Negación arroja la garganta:
saliva envenenada
espuma en mi boca;
llena de injurias tu voz
deja a la memoria
abandonada
de los sentidos.

No puedo verte,
no te reconozco,
vuelta la cabeza
para no sentir.

Acurrucada canto algo dulce
si tan solo pudiera dormir
Soñar, no está permitido.


Desesperanza

Zapatitos rotos, niño mío,
ven para llorar
nuestra soledad.

Que tu madre se asusta y
saltan los rosarios
de angustia.

Deja que te arrulle y busques
en tus sueños,
ese día feliz sin conocer.

Zapatitos rotos, niño mío,
perdona a esta miserable; quien no
tuvo esperanzas para regalarte.

No duele tanto mi carne,
sino traicionarte en
tus oportunidades.

Soy todo para ti y ves a través
de mis ojos.

No te abandono y tampoco estoy
contigo.

Zapatitos rotos, niño mío,
enséñame a
mirar al cielo.



Arcelia Ortíz Galindo: Originaria del estado de Veracruz, egresada de la Facultad de Psicología/UNAM. Participante de talleres en Guadalajara: Sogem, Patrimonio Cultural de Occidente, Casa de la Cultura, Taller de Artes Audiovisuales, Antitaller César Vallejo. Actualmente trabajando grupos de apoyo a mujeres y voluntariado.