martes, 1 de abril de 2008

Elvia Ardalani

La abuela

Duelo
dijiste
pero nadie escuchó tus locuras de vieja,
tus murmullos seniles de naftalina impávida
tu voz de coralillo prendido a otros azhares

Duelo
dijiste
y nos mostraste una mancha de sangre imaginaria
y un vestido quemado con lumbre y sin olanes
y un cortejo de muertos bailando en tus zapatos

Duelo
dijiste
y hablaste con las fíbulas roídas del alzhaimers.
El médico nos pide que ignoremos tu lengua
de confusión y olvido, de sombras y excremento

Duelo
dijiste
y nos muestras el vientre tablonado de años
y las piernas calzadas con unas medias rotas
y los puños surcidos con tafetanes nejos

Duelo
dijiste
ninguno te escuchamos. Ni siquiera el abuelo
con su silla colocada siempre a tu lado izquierdo
y los ojos volados a otras partes del tiempo.

Duelo
dijiste
y la tarde se espanta con tu sangre tirada
con la navaja abierta sobre tu chal de lana.
Gruesos nudos de olvido van goteando tu falda.


La trenza

La trenza es un escombro del presagio.
Cruza el patio, anda sobre la piedra.
El ruido machaca lejano la garganta.
Antes de confesarse hay que pensar,
inventar el pecado en el confesionario.
Nunca ha sabido qué decir. Fabula.
Catorce años, gastados los zapatos.
Un olor a orfanato en la blusa, en las pestañas,
en el vientre escuálido.
Repasa nerviosamente cada falta.
Hay que llenar de oscuridad
aquel confesionario para sangrar la luz.
Entra. No hay nadie.
Sólo el padre que espera en una banca.
Se acerca.El eco muerde entre las suelas.
Todos los santos duermen.
La Virgen mece a Dios.
Y Dios dormido.
La mañana se aleja cuando cierra la puerta.
Entonces él la toma de la mano.
La conduce, astillados los dedos.
Ninguno habla.
Sabe que es él por la respiración.
Porque siente los ojos sobre su rostro
igual que en el sermón.
Confieso que he pecado
las palabras se quedan atrapadas
en la bastilla de la falda.
Los dedos hoscos deambulan
su uniforme de huérfana.
No sabe qué decir. No llega aún la luz.
Sangra.
La trenza llora.


Elvia Ardalani es catedrática de Creación Literaria y Literatura en el Departamento de Lenguas Modernas de la Universidad de Texas-Pan American. Está doctorada por la universidad TexasA&M University-Kingsville. Entre sus libros publicados se incluyen Miércoles de ceniza (Migual Ángel Porrúa, 2007), De cruz y media luna-From Cross and Crescent Moon, Ed.Bilingüe (Claves Latinoamericanas, 2006), Y comerás del pan sentado junto al fuego (Claves Latinoamericanas, 2002), De cruz y media luna (Tierra de libros, 1996) y Por recuerdos viejos, por esos recuerdos (1989). Es corresponsal de la revista española Alborada/Goizaldia y editora de la revista virtual El Collar de la Paloma .