jueves, 27 de marzo de 2008

Maché

Lamento se llamaba

De prisa, absurdo y brusco,
cruel sedazo rasgado aflora,
como inició hoy acaba,
ferozal principio, insípido, al final

mira sus brazos, siente el ombligo
ardiendo por dentro con dolor maternal,
sudan calor su miembros cansados,
yace el amor en cajon de hospital.

observa su entorno y no ve a nadie,
oye murmullos y no respirar,
late profundo bajo su porte
un corazón solitario, perdido ya.

y no sirven sus piernas para alcanzarle,
es vana su fuerza si no le va a alzar,
veneno en su porte, el maná de ella,
recondando a gritos que no servirá.

palidece niña, muere mujer,
amaste madre que no pudiste ser,
llora mi niña, tu niño te mece,
en tiernas manitos, único altar.

y el llanto en tus ojos, de sueños despojos,
canciones que tu niño, no aprenderá.
Oirás por noches eternas y dias,
la única que sabes, te pudo escuchar,

cuando cese ella, cesará tu vida,
tus penas condenas, sabrás olvidar.
Porque el primer paso de tus nuevos aires,
con sus pasitos habrás de alcanzar.


Por Maché