jueves, 27 de marzo de 2008

Luciana Martín

III (Ciclo de la Madre Perdida)

Se ofreció voraz debajo de la almohada,
como alquilando frutas de estación
para las nochebuenas en casa de los perros.

Se corrió del rimmel del espejo
para enumerar
los últimos encuentros con su imagen.

Trabó amistad con doñas
y parteras asociadas
buscando en esas manos
la canción aprendida de memoria.

Tanta perfumina entre los dientes
para terminar con bocas plásticas
prendidas de sus tetas.

La ví de lejos una noche de entresueño
amamantando las ovejas del cartel de la autopista
llorando las poses estudiadas
que ahorcaron al pequeño
monigote de sus brazos.

Ahora dicen que suda barro:
gólem descosido
con sus ojos
va a quedar cuando se bañe.


XI (Ciclo de la Madre Perdida)

“la bóveda del paladar de la no-madre no-doncella”
Martín Santos, Tiempo de Silencio

Mi no madre me expulsó
en un intento de costura
y detrás del dobladillo
establecí mi reino inmerecido.


Tras lluvia y regocijo,
los rezos de las manos en la Iglesia
y las fecundidades de los pez obsequio,
su mirada en negativa
consumió en pequeños imperios regalados
el vientre-hogar deshabitado.

Cayendo del intento fallido
inauguré detrás de sus entrañas
mi fauna artificiosa
de coágulos y heridas.

Mi no madre y sus cosquillas
atacaron gravemente
mi fingido
intento de corporeidad
y su resaca de impulso no materno
fue mi diaria realidad durante siglos.

En mi no deseado embarazo provocado
espejos de salida esperan a la carne:
en ciertas ocasiones
un autorretrato a tiempo
ahorra constelaciones
de suplicios a primera vista.



SEUDÓNIMO: Milumásluz: Luciana Martín, Argentina