jueves, 27 de marzo de 2008

Julia Gallo Sanz

El monje de la luna
Y llegas desde dentro, desde el sí de la boda;
desde las nuevas vidas que sembraste en el vientre.
Del miedo en los minutos de todos los relojes,
del amor ofuscado y la lágrima oculta.
Y llegas cual durazno. Como de un desencuentro
desde ese claroscuro -del todo incomprensible-,
con la palma feroz, arrasando los sueños,
en una nebulosa de puño amenazante
que mísero obedece un impulso de ira
subiendo, como fuego, del sexo a la garganta,
-amargura en la boca y maraña en las sienes-.
Y llegas, y ella siente convulsión y rencores,
más una pena dulce inventando disculpas,
y se le cae el cuerpo, más abajo del suelo,
con una gravedad cargada de pisadas
hasta acoplar su mundo dentro de una canica.
Tiene la luna un monje azuzando mareas.
Ella tiene la noche de insomnio y de cerrojos,
pero ama al que pisa su dignidad más honda,
al que llora arrastrado suplicando perdones
cuando la sangre muda la fronteriza dermis
del color violeta, a la magulladura
Tal vez un día cambie, se dice con recelo
-mientras pica cebolla, preparando la cena-,
¡está tan convencida de ser nada ni nadie…!
Hoy la canica es perla en un ebúrneo lecho;
mas hoy luce contenta, del hombre ha recibido
un gran ramo rosas de pasión, sin espinas,
que contrasta perfecto con la usada negrura
del terciopelo eterno que cubre el catafalco.

(Este poema que denuncia la violencia de género es el EPÍLOGO del cuaderno titulado “48 horas”, 1º Premio de Poesía VICTORIA KENT- 2006)



LA ESTELA DEL MÁRTIR


Roto el pecho
brota del corazón un santuario
sembrado de claveles,
que ascienden al olfato hasta adherirse
al cuello en mil abrazos;
huelen a mayo y gritan alboradas
desde el vientre vacío,
desde el regazo abierto en carne viva
por el parto robado:
¡bermeja carne en flor,
estirpe de heroísmo y esperanza
esgrimiendo ideales!
Mas segaron el cáliz en vendimia
de calvario y de muerte.
¡Ah, grial desbordado de calostros
amargos como el paso
que hiere en cada vuelta el pavimento
de la vía ocupada,
la que torna al medroso en combativo
convirtiéndolo en madre,
clamor, Plaza de Mayo, en rocío,
y abuelas peregrinas!
Tiene la leche el nombre y apellidos
de la sangre perdida
aquel día de azufre y de grilletes
mientras ellas entonan,
en racimo, las nanas de otro tiempo
a los hijos del alba.
Cada salmo in memoriam es gemido
de invocación al borde
de la cruz, la impotencia, el arrojo
en pos de un testimonio.
Cada vuelta es un bucle en la quimera
de la foto que busca
su voz, su yo, su alma ya prescrita.
¡Qué amargo vía crucis!…
¡Qué inmedible la lágrima y la pena
enquistada en el pecho!
Ya vivir significa sólo cita,
habitar los zapatos,
componer el pañuelo y la memoria
y zurcir los recuerdos
del fruto que perdieron y reclaman
las madres en la plaza
que no entienden que un hijo se evapore.
Entrañas desgarradas
dibujaron con llanto los recuerdos
en el Gólgota propio:
mazmorras de dolor, hoy convertidas
en templo para artistas y poetas.
¡Bendita sea siempre
la silenciosa herencia de los mártires!





Julia Gallo Sanz, Villarramiel (Palencia) España. Reside en Madrid. Graduado Social. Formador Ocupacional. Pintora e ilustradora. Promotora-cofundadora del G. Literario Cultural Telefónica de Madrid. Presidenta de “Tintaviva”.Varios premios. Poemarios: Regreso al pretérito (2001), Entresuelo (“2002), Regreso al pretérito y otros poemas (2004), La ceniza del ojo (2005), 48 horas (2006), La gracia de pecar (2006) plaqueta sobre los pecados capitales, Memoria a barlovento (2008). Relatos: El día de más luz (2003). Distinguida con la imposición de la capa española. Recitales: Portugal, Berna… Trabajos traducidos al portugués, árabe e inglés, algunos musicalizados.