INSULSA RUEDA
Interrogante golondrina
cuestiono el camino de la estrella
¿A dónde te lleva el viento?
Gira su rueda insulsa
el carrusel del mundo
La diaria pesadilla del agobio
revela el sentido de la vida
Cabizbaja flor
silenciosa almendra envuelta en tela parda
que no sabe de mundo
la soledad se crispa en su egoísmo
Como un desacato la luz llega a mis ojos
y el candor del sueño me lleva en alas lánguidas
Quiero deslizarme en lo que vivo
Recuperar el mundo
Empaparme con el agua de la lluvia
Busco un latido para mi existencia
Todo parece una nota que se repite en vano
una historia sin fin
voraz camino
Quién tuviera
la soledad feliz del cóndor
Para apropiarme del agua de la lluvia
salgo a olfatear el Universo
a envolverme en su humedad de vida
Quebrando la tierra con su trueno
el resplandor del rayo trae
un más allá lejano
Cuando las gotas salpiquen mi alma
sabré que vivo
Tal vez comprenda que aún mi tacto siente
y asome a la vida encontrándome
como quien va al pozo por agua
y se ve reflejada en el fondo
Tal vez sepa que vivo
en el silencio gris de la mojada tarde
Vagabunda que encuentra un campo abierto
en el verde infinito de la cadencia
una moneda en mis alforjas guardo
¿Dónde está del Universo el orden?
¿Dónde las torres campanas de silencios?
¿Dónde el odre que macera los sabores?
Hilacha de niebla el alma
péndulo entre quimeras
espejo en laberinto de reflejos
De brumas están cansadas mis pupilas
Negrura de vacíos
polvo encadenado en el Misterio
el hombre deambula por caminos turbulentos
Sigue la estrella un distante orden
En mi talega negra guardo una moneda
QUEBRANTADO ESPEJO
Montaña hueca
la pirámide de sueños
se derrumba
Mi yo acorralado
interrogante
ave devastada
por la ansiedad del mundo
Alfarero sin manos el destino
hacedor de viento ausente
conductor de fantasmas
al olvido asido
¿Recuerdas el nogal frondoso?
Serpenteaba la luz un juego de hojas
Se llenaba el horizonte
de purpúreas notas
Agonía del árbol
planta gris de olvido
Cristales cercenan mi garganta
Intrusa la memoria
puerta sin goznes
mi ser invade
Amarillento calendario de ayeres
Hilandera sin rueca soy
tejedora que olvidó el punto
para enhebrar mañanas
Se quebranta el espejo
Me derrumbo
Interrogante golondrina
cuestiono el camino de la estrella
¿A dónde te lleva el viento?
Gira su rueda insulsa
el carrusel del mundo
La diaria pesadilla del agobio
revela el sentido de la vida
Cabizbaja flor
silenciosa almendra envuelta en tela parda
que no sabe de mundo
la soledad se crispa en su egoísmo
Como un desacato la luz llega a mis ojos
y el candor del sueño me lleva en alas lánguidas
Quiero deslizarme en lo que vivo
Recuperar el mundo
Empaparme con el agua de la lluvia
Busco un latido para mi existencia
Todo parece una nota que se repite en vano
una historia sin fin
voraz camino
Quién tuviera
la soledad feliz del cóndor
Para apropiarme del agua de la lluvia
salgo a olfatear el Universo
a envolverme en su humedad de vida
Quebrando la tierra con su trueno
el resplandor del rayo trae
un más allá lejano
Cuando las gotas salpiquen mi alma
sabré que vivo
Tal vez comprenda que aún mi tacto siente
y asome a la vida encontrándome
como quien va al pozo por agua
y se ve reflejada en el fondo
Tal vez sepa que vivo
en el silencio gris de la mojada tarde
Vagabunda que encuentra un campo abierto
en el verde infinito de la cadencia
una moneda en mis alforjas guardo
¿Dónde está del Universo el orden?
¿Dónde las torres campanas de silencios?
¿Dónde el odre que macera los sabores?
Hilacha de niebla el alma
péndulo entre quimeras
espejo en laberinto de reflejos
De brumas están cansadas mis pupilas
Negrura de vacíos
polvo encadenado en el Misterio
el hombre deambula por caminos turbulentos
Sigue la estrella un distante orden
En mi talega negra guardo una moneda
QUEBRANTADO ESPEJO
Montaña hueca
la pirámide de sueños
se derrumba
Mi yo acorralado
interrogante
ave devastada
por la ansiedad del mundo
Alfarero sin manos el destino
hacedor de viento ausente
conductor de fantasmas
al olvido asido
¿Recuerdas el nogal frondoso?
Serpenteaba la luz un juego de hojas
Se llenaba el horizonte
de purpúreas notas
Agonía del árbol
planta gris de olvido
Cristales cercenan mi garganta
Intrusa la memoria
puerta sin goznes
mi ser invade
Amarillento calendario de ayeres
Hilandera sin rueca soy
tejedora que olvidó el punto
para enhebrar mañanas
Se quebranta el espejo
Me derrumbo
ALCATRAZ SIN AGUA
Escaparate quieto
el tiempo se detiene
Cansancio largo de silencios
Mi pensamiento es un pez
que hil-va-na el agua
Densas las horas
madeja de relojes atrapados en la arena
Ansiedad de alas en el firmamento
No sé por qué me invade la tristeza
Prefacio
Simulacro de muerte
Pesadilla
La casa no es la misma
Las risas sólo habitan
las paredes mudas
Es una herida la tierra
Alcatraz sin agua
el alma se derrumba
GOTAS Y HELIOTROPOS
En paréntesis de invierno
vestida de letargos
la vida espera
Substancia pierde el tacto
Como intensa piedra
en el camino abierto voy
Lo cotidiano me estrangula
La vida
-océano turbio-
selva de corales negros
¿Dónde el rayo de luz?
¿Dónde la lluvia
que promete surcos
en la tierra yerma?
La memoria
boca sedienta de luna
frasco de perfume
El mundo me reclama
Péndulo soy
en el color del tiempo
Quiero un reposo de musgo
Quiero una pausa en la estepa
Un recreo de gotas y heliotropos
Alicia Albornoz Bueno nació en Quito, Ecuador. Cursó en la UNAM Letras Españolas e Inglesas; Maestría en Humanidades en la Universidad Anáhuac. Catedrática de Literatura y Estudios Latinoamericanos en Universidades de México y Ecuador. Autora de La Memoria del Olvido, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo; La Voz del Paisaje, 1993, dos ediciones. Participó en el libro de cuentos Veneno que Fascina. Ganó el Premio Nacional de Cuento Tintanueva 2006.
Escaparate quieto
el tiempo se detiene
Cansancio largo de silencios
Mi pensamiento es un pez
que hil-va-na el agua
Densas las horas
madeja de relojes atrapados en la arena
Ansiedad de alas en el firmamento
No sé por qué me invade la tristeza
Prefacio
Simulacro de muerte
Pesadilla
La casa no es la misma
Las risas sólo habitan
las paredes mudas
Es una herida la tierra
Alcatraz sin agua
el alma se derrumba
GOTAS Y HELIOTROPOS
En paréntesis de invierno
vestida de letargos
la vida espera
Substancia pierde el tacto
Como intensa piedra
en el camino abierto voy
Lo cotidiano me estrangula
La vida
-océano turbio-
selva de corales negros
¿Dónde el rayo de luz?
¿Dónde la lluvia
que promete surcos
en la tierra yerma?
La memoria
boca sedienta de luna
frasco de perfume
El mundo me reclama
Péndulo soy
en el color del tiempo
Quiero un reposo de musgo
Quiero una pausa en la estepa
Un recreo de gotas y heliotropos
Alicia Albornoz Bueno nació en Quito, Ecuador. Cursó en la UNAM Letras Españolas e Inglesas; Maestría en Humanidades en la Universidad Anáhuac. Catedrática de Literatura y Estudios Latinoamericanos en Universidades de México y Ecuador. Autora de La Memoria del Olvido, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo; La Voz del Paisaje, 1993, dos ediciones. Participó en el libro de cuentos Veneno que Fascina. Ganó el Premio Nacional de Cuento Tintanueva 2006.