jueves, 13 de marzo de 2008

María Isbelia Alcalá

Misionera de la palabra

Inciertas y oscuras nubes del tiempo
todo está claro:
lo intuyo,
lo siento,
lo palpo,
lo veo,
lo oigo.
Siento el punzante dolor
de la impunidad en mi piel
Sombras que amenazan
insistentemente a las luces.
Humos del ansia
que persiguen en último momento
orificios de salvación
Pesadilla colectiva
que expresa los temores
difundiendo el sentir
con miles de voces
Goterones del cielo turbados
y silencio cómplice
contando minuto a minuto
el tiempo inexorable.
Momento de la idiotez humana
al pase de la cuchilla
Torres portentosas derrumbadas
voz que se apaga
selló los labios de las campanas
Bajo las alas rotas, la mujer
Estrellas eclipsadas.
Mordaza de ellas
¡Oh hombre vano! ¿Cuánto importaba?
Constructor de libertad ¿Quién dijo?
En sus espaldas, la joroba
quedó el silencio oxidado del encierro
callado de voces
al ocaso de su asombro.
La intolerancia,
la indolencia,
la ingratitud
lleva a las bajas pasiones
en otras deja penas en el alma.
Autoritario silencio
terminó con sueños, fantasías y gloria
dejando caer sobre ellas
la lápida de plomo
se sienta el mundo huérfano de sus palabras
y el terrible silencio de las almas.
Al disolver mis tintas
en los derechos irrenunciables
pido un himno de redención
A la mujer que es Venezuela
Misionera De La Palabra.




María Isbelia Alcalá
(Dedicado a la Mujer Rota de Radio Caracas Televisión – Venezuela)