lunes, 4 de febrero de 2008

Fabiola Saborío

Retrato
Esta señora, del lado izquierdo es mi madre, corazón de harina, levadura tierna marcada en viejos calendarios. La toma de la mano mi padre, soldado viejo que duerme en la sombre del durazno de mi alma. Aquí están mis hermanos: David el mayor, buscador de frutos entre las zarzas, con su ángel de la guarda dormitando sobre el hombro, a su lado está Federico, Dios le regaló un juego de pinceles que empeñó a cambio de unas monedas. Junto está Rodrigo, mi hermano menor, amadísimo gnomo cómplice, que me calzaba con carcajadas como nadie lo ha hecho jamás, construye sueños y los cumple sin que le cueste. A mi derecha, el hombre que me resguarda de la lluvia con su paraguas, es mi esposo. Si sonríe, no nos queda espacio en el jardín; hace las noches cálidas con el pan de piloncillo que trajo de su pueblo. El gorrión despeinado sobre mi hombro derecho, es Santiago, nuestro hijo de tres años, tiene algo de la voz de Dios: con tres palabras construye un mundo nuevo y lo puebla de animales y seres invisibles que andan alegres por mi casa y duermen en el closet. El bebé en mi regazo, es mi hija Fabiola recibida con la alegría de las pitayas y la paz de la lluvia suave. Pastora de ovejas de ensueño, dedal de plata para mi dedo ausente...
Fabiola Saborío. Guadalajara, México.