lunes, 24 de marzo de 2008

Alba Roxana Villarreal Acosta

Te mudas

Ya puedes recoger tus pertenencias
no las mías.
Tu ropa huele a tristeza
a infinito
a oscuridad donde no hay estrellas.
Un viaje en solitario estar contigo.
Tu presencia de mi nariz, la punta hiela.
Tu olor son hongos vivos.
Apaga ya tus ojos:
linternas de mis días
linternas de mis noches.
Amante obsesiva.
Reptora de mi sueño, vigilante.
El frío que yo siento no es tu frío;
es un frío que ha dejado noséquién.
Recoge tus harapos tendidos en mi cama.
Empuña tu guadaña volviéndola hacia el sur.
Sé cuidarme.
El cuchillo que tú ves al lado de mi cama
no es para entregarte el alma;
es para afilar mis sueños
y que calen profundo en el cerebro.
Las pastillas dispuestas junto a la lámpara
no son para ir contigo;
son para endulzar mi boca y perfumar el velo negro
que en unas horas envolverá mi casa.
La soga en la escalera
no es para que descendamos;
es para columpiarme si no quiero dormir
e imaginar que soy infante.
Y así, bajo los escalones:
recuento de días;
recuento de daños;
recuento de escenas desteñidas.
Inventario de dichas resultando inexacto;
resultando faltante.
Resultado Inexacto.
Sí.
Me acompañas.
Como hoy que no hay ruidos en la casa;
que están viendo otras historias
no la mía.
Sentados en el sillón maldito
ante la perversa caja.
Como hoy, que llueve, no hay gente, perros, aves, voces en la calle.
Sólo llueve
llueve
llueve.

Y aún así:
aunque tenga que arrastrarme
jalando mis ropajes
mi corona destruida
mi vestido destrozado
mi cabeza obnubilada
mi peinado maltratado,
puedes recoger tus pertenencias.
No las mías.



Testamento
Todas las prendas
que a continuación enumero y reparto
llevan un fragmento de lo que yo, Mujer, soy.
A todas las personas que me conocieron y me trataron
-incluidos mis hijos-
les digo que yo soy mis padres
yo soy mi escuela
yo soy mi kinder
yo soy mi casa pequeña en la que me crié
soy mi abuela S.
soy mi abuelo L.
y mi abuela J.
Soy todos los programas que me entretuvieron de niña en mis ratos áridos
soy mis novios
soy mi pueblo.
Todos ustedes conocieron aunque sea un elemento
de lo que a mi cuerpo y espíritu conforma.
Esa soy sin más.
Ustedes, quizá, pensarán en mi padre.
Pensarán en cada una de sus faltas (si lo conocieron bien)
y en sus miserias (si lo conocieron también bien).
Pensarán otros en mi casa.
Así, como en este momento la evocan,
eso soy yo.
La mayoría de las prendas que quiero se repartan
son herencia que en vida mi abuela S. me regaló.
La mantilla negra es para H.
La mantilla color hueso es para L.
El peine de carey es para mi hijo F.
El gorro de mink lo colocan sobre mi mejilla cuando esté en el ataúd
así como todos los dibujos de mis hijos.
La mascada rosa es para L.
La mascada palo de rosa es para H.
La mantilla con flecos es para mi hijo J.
La blusa blanca tejida es para L.
La blusa negra tejida también es para H.,
así como el monedero negro, bordado.
Los dos bolsos de mano son para L.
Los guantes negros son para H.
Quiero que me vistan con la blusa sobrante de encaje negro
y la falda de terciopelo del mismo color .
El collar de turquesas montadas en filigrana
me lo colocan en el cuello cuando me vistan.
el Abrigo negro es para L.
El abrigo color crudo es para H.
A mis hijos J. y F. les dejo a cada uno
dos maximilianos de oro y una moneda grande de oro también.
Mis escritos son para H.
Mis libros son para mi hermano A.
Mis apuntes y notas son para L.
A todos ustedes les quiero decir
que me los llevo en la memoria
como compañeros de viaje
y que siento un especial y profundo amor por mis hijos.
Adiós R. Me cuesta decirte gracias.
Quiero que me entierren junto a la fosa que está destinada a mi abuela S.
y si no hay un espacio disponible, por favor, incinérenme.
Y cuando a mi abuela le llegue el momento de partir
coloquen mis cenizas junto a una de sus manos
dentro de su ataúd.
Los amo.
Gracias mamá.



Alba Roxana Villarreal Acosta Taxco de Alarcón, México, 1966. Licenciada en Ciencias de la Comunicación (UNAM). Máster en Formación de Profesores Especialistas en la Enseñanza del Español como Lengua Extranjera y Doctorado en Literatura Hispanoamericana, ambos por la Universidad Complutense de Madrid. He obtenido varios premios que se reparten entre la Península Ibérica, México y Argentina. Mi trabajo ha sido incluido en antologías publicadas en España. Actualmente vivo en Madrid, en un país donde día a día se van colmando los Albergues para las mujeres maltratadas, y aparecen noticias sobre mujeres asesinadas por sus parejas. Por ellas y para ellas.