martes, 4 de marzo de 2008

Yoly García

¡No!

No, ellos no fueron castigados.

Ellas estaban preñadas,
protegiéndose el vientre
corrieron como gacelas.

No, ellos no fueron castigados.

Ellas clamaron clemencia,
pero el olor al miedo
estimulaba a las hienas.

No, ellos no fueron castigados.

Ellas, como regatas a la deriva
perdidas en un mar diabólico
naufragaron.

No, ellos no fueron castigados.

Jugando el papel de Dios
talaron el árbol de la vida
cortaron los frutos.
celebrando su hazaña
alimentaron su ego.

No, ellos no fueron castigados.

Yoly García, Mayo 2004




UN NUEVO DÍA

Mientras la luna y las estrellas
intentaban penetrar la noche,
entre pujidos y oraciones
di a luz a mi’jo José

Arribó con el amanecer,
y con su primer llanto
a la negra noche ahuyentó,
convirtiéndola en sombras.

Al despertar, sus ojos brillaban
como dos gotitas de sereno
expuestas a la luz del sol
anunciando un nuevo día.

Movía sus bracitos y piernitas
como las lengüetas del fogón,
creció en la pobreza , pero libre
dándole a mi vida el calor y el color.

Las exigencias de la naturaleza
lo arrastraban hacia al pueblo,
y fue una de esas largas noches
que mi`jo, mi`jo no regresó.

los vecinos asustados me dijeron,
el ejército a golpes se lo llevó
¿Por qué? Pregunté sin entender
bueno, pues pa-cumplir con la Patria.

La patria, Que patria?
quien es esa patria maleante
que secuestro a mi`jo. a la luz del día
dejando a mi corazón en sombras

El tiempo en su carrera continuó,
solamente la fe de encontrar a mi`jo
alimento la llama de mi esperanza
para buscar y seguir viviendo.

la salud voló de mi cuerpo
como las hojas del árbol en el Otoño,
el sol calentaba mis sueños,
y por las noches, deambulando, buscaba.

Fue una de esas largas noches
cuando oí gritar,¡el Ejército,
el Ejército! ¡escóndanse muchachos!
con firmeza e insultos fui a su encuentro.

Puño y arma se alzaron para asestar el golpe,
pero los dos nos paralizamos,
madre e hijo, bajamos las manos,
el ejercito, era mi hijo.

Mire aquel rostro transformado
acechando a sus hermanos
con el poder en sus manos,
el invierno en sus ojos y frialdad en su alma.

Mirándole a los ojos pregunté,
¿Por Qué, Por Qué?
apretando el arma, dijo:
Ahora no temo, es a mí a quien temen.

el círculo se había cerrado,
llevé mis manos al pecho
y abrí los brazos a la noche eterna
con contracciones en el corazón.

Dos lagrimas cayeron en mi rostro inerte
que como dos gotas de sereno
brillaban a la luz de la luna
anunciando un nuevo día.



Yoly García, Guatemalteca, Canadiense.Escultora, poeta. Autora del Libro “Memorias Tácitas” Creadora de una serie de esculturas en bronce que expresan el sufrimiento del pueblo Guatemalteco. Su escultura: “¿Por Qué?” se entrega como premio en Vancouver, por la Coalición de los Derechos Humanos en B.C. en honor a “Renate Sheare”. “Despedida” se entrega cada año, en el Dia Internacional de la Mujer, por la Asoc. de Nac. Unidas en honor a “Rosemary Brown”.