martes, 27 de mayo de 2008

Florencia Marón Navarro

HONDONADA


El vacío terminó inundándolo todo. Lenta, silenciosamente; desgajó laguna de su alma, llevándose hasta el último destello. Un abismo impío extendió sus brazos para recibirla, oprimiéndola hasta extraerle las entrañas. Adelante, la más negra oscuridad le aguardaba: fría, mezquina y larga. Sus ojos no ven más que la noche, los ha cegado la tristeza. Una profunda desolación le invade.Atrás, ella recuerda cuando sentía la calidez del sol que llenaba todos sus espacios, una fuerza que la instaba a luchar sin tregua, una mano que le servía de apoyo para derrochar la cascada de su risa. Risa que se extinguió de su alma desdibujándose en su boca.
Atrás… todo quedó atrás.
Sola, desprendida del mundo, sumida en la angustia; siente la nostalgia del ayer, la felicidad que le otorgaba la ignorancia, la fe que sucumbió ante lo sabido. El ultrajó su corazón con sus embustes. Cruel decepción que se proyecta en la delgadez de su figura. Sueños efímeros, fugaces. Caminos arcanos avasallan su corazón fragmentado, donde la aurora se fuga hasta perderse en las sombras.
Ella la luz, ahora lo noche; ella la risa, hoy el lamento. Le llegó la tempestad brumosa, quería creer a pesar de la adversidad y cerrando los ojos ante la duda, se sumergió en el inmenso mar de la vida, presa de su vorágine. Dió todo hasta caer en la nada. Los lobos hundieron sus fauces en su pecho. Todos huyeron mostrando su espalda. No encontró respuesta. Nadie, ninguna mano para sostenerla. Sólo un mundo atroz plagado de egoísmo, de bestias voraces que nada saben del amor.
Mujer objeto en su mundo, sólo instrumento de placer; Madre, Hija, Deidad, Prostituta, Inspiradora, Sierva, pero nunca ella misma, nunca dueña de sí. El mundo ha encarcelado su ser y ahora es una llama que se extingue. Por eso la noche, la angustia, el terreno perdido.
Finalmente todo terminó o quizá sea ése el principio de una esperanza. Tiempo y eternidad dejaron de oponerse ,ella volvió al seno de donde fue arrancada, su semblante reflejaba una paz infinita. El alba cerró sus ojos. En su mesita de noche se encontraba un frasco de fármacos vacío.



Florencia Marón Navarro. Discípula de Raúl Bañuelos. Publicación de la Plaquette: Insomnios de Tinta y Libro Colectivo: “Téxtasis”.Publicaciones de poesía y cuento en revistas y periódicos de Chapala, Guadalajara y Michoacán: “Página”, “Tertulia”, “El Charal”, “El Informador”, “Palabra”, “Antárica Literaria”, “Salud y Vida. Miembro del taller de lectura y análisis Literario “Chejov”.Miembro del Colectivo Cultural: “El Quijote”. Grabación de Cápsulas de poesía para Radio UDG.