lunes, 25 de febrero de 2008

Rosa María Arellano Contreras

Mujer y espejo

Del espejo sale un rostro de mujer
cubierto quizá de tristeza
dejó su sonrisa suave
cuando cruzó al mundo exterior.
Para qué tanta flama libertina
donde hay dolores enjuntos.
¡Qué vuelva al espejo y llore!
Así nadie osará mirarla.
Quiso ser princesa de los ciegos
y colgó su vestido sobre rayos de sol.
Una boca hambrienta bebió de sus senos
agua, calostros, leche... sangre.
Primitiva amada por los hombres
mientras su cuerpo aún resplandece
después será pasaje hacia el olvido
o una historia sin punto final.
El rostro de una mujer
se deshace cerca del espejo
porque mordió los años
y no pudo regresar a él.
Terminó su lozanía en manos frívolas
hasta que un día...
el espejo con ella... desapareció.



Carmen

Si él pudiera verla ahora
la distancia sería una mera sombra
del tiempo.
Carmen está desvanecida
y con el desamor pegado a los huesos.
Golpes encima de más golpes
y su cuerpo se niega a morir.
En un arrebato de locura
él la llevó a la mismísima puerta
donde el miedo y el silencio rondan.
Las 4 letras del amor de Carmen
fueron pocas contra el odio de él.
Amor y odio entrelazados.
Ella... sumisa, inocente, confiada
él y la alianza del terror en las manos.
Carmen perece conectada a la inconsciencia
de sus llagas brota enorme tristeza.
Hay algo en su mirada y no es rencor
... es compasión por el ser que juró cuidarla.



Rosa María Arellano Contreras. Nací 30 de mayo de 1958. Tangancícuaro, Michoacán, México. Amado. Participé en el XV Encuentro de Mujeres Poetas en el País de las Nubes. Miembro de Poetas del Mundo. Registrada en la Antología Poetas de 1940 al 65. Publico regularmente en el Semanario Regional "Guía" Zamora, Mich.