jueves, 29 de mayo de 2008

Fabiana Posse

Mi espalda es invisible.

Desleída Cetácea Corcovea

Lleva alas rotas como vidrios.
Que se acuartelan en la noche violeta llenos de chismes traslucidos y bozales.
El que quiere tocar para saberlas, se corta las manos.
Entonces la sangre hace un río y se lo cuenta a todos los mortales.
De pronto mis amigos dejan de tocarme, mis amantes de amarme, la lluvia de calarme.
Y las gárgolas de los templos de mirarme.
Porque sangran si se posan.
Como las mariposas.
Ellas se detienen en algún borde filoso y se van volando sin patas.
No prometen volver, también se anuncian mi desgracia.
Y yo espero que no murmuren entre ellas.
Porque nunca las dejaría sin alas.



….ella yacía blandamente extenuada.

Con su espalda sobre los escombros…
Con su cuerpecillo de lombriz adaptándose a los relieves del piso,
Con la piel fundiendo sangre y barrosemen ,
Con los órganos adormecidos en el llanto de la tierra.

Y al fin el cuerpo hablo
a través de la boca sucia
de tierra velorial…
-”nunca mas el sexo en mi”……….el sexo mío ya se ha ido.

Mire la ternura que le nacía debajo de la costilla…
Estaba en la despedida de todas sus funciones vitales…
Su exilio intimo de aliento vital
Su pequeño viaje al barrio de los muertos


Se ofreció al fin, fugazmente recogida,
A la bienvenida del rumor del espanto que supone la muerte.
Y la vida que todavía suspiraba en mí,
Le sugirió seguir…quien sabe para ni por que.


UNA HISTORIA DE AMOR

Inconscientes tomados de la mano cruzando semáforos rojos
Inmolados en la palabra “amante”
Como si fuera lo único
Que sobreviviría al terror de perderse entre la gente
Descabellados asistíamos al funeral de ideas, uno del otro
Matándonos los sueños que insistían en aparecer, uno del otro
Vos persistías en hacerme correr detrás de lo ilusamente doloroso
Y me convertía en tu héroe siendo tu victima
Aunándome en lo desaparecido y sus rencores
Entonces así construía un dique que de tanto en tanto se abría.
Liberaba presión
Y nunca se solucionaba nada porque todo seguía el mismo círculo
Volvía a llenarse el río de sueños muertos
Yo abría las compuertas con un cariño ficticio
Y recién ahí reía
Porque seguía teniéndote en un puño
El trabajo de odiarnos mutuamente era diario y conciso
El odio vibraba más que el amor
No necesitaba ningún alimento más que una buena trompada
El odio nos mantenía vivos, equilibrados y obsecuentes


Nos amarraba el amor despedido.
Y yo insistía en mirarte
Aunque doliera no verte
Como náufragos llorando por su barco hundido
Nos dolía el amor ausente
Y ninguno estaba listo
Para nadar hasta la orilla solo
Así que sin pensarlo
…nos ahogamos juntos.


Orquídea sobre el agua.

Ella salio del agua con una niña muerta entre sus brazos.
Le había prometido que no la dejaría ir, que nunca la dejaría sola.
La mañana le iba a regalar unas ojeras exquisitas al costado de su cuerpo.
Iban a navegar en el fondo de lo ojos del miedo
Recorrer la distancia entre lo indispensable y lo insustituible
No le daba tregua a su mente
No podía dejar de pensar en eso
Sin embargo …un delicioso olor a hierbas fecundaba los pasos de alfileres arrumbadas.
No sabia cuanto tiempo le iba a llevar
Hacer la fosa robar las flores destruir las alimañas que competirían por un pedazo .
Y allí estaba en esa tarea
No hubieron regalos de navidad
Ni estrellas de mar adornando el cabello
Ni cascaron roto de caracoles y baba sobre la palma de la mano
Ni velas usadas en tortas nuevas

Las pestañas del pelo se le habían enredado como babosas intermitentes.
Ya había visto el vacío y comprendido.
Que el magma de su vida corría fuera de todo lo que tocara.
Había caminado hundiendo los pies en el barro frío y cruel de la noche.
Intoxicada de rocío la memoria.
Alucinando en los huecos de lo que nunca fue.
Embarazada de las sustancias imperfectas del amor.
Borracha de libélulas golpeadas de poesia.
Con solo una toxina perdida…el limite de su cuerpo.
Crecido de forma desconmensurada y vulnerable.
Y cedido los bichos que la consideraban santa
concurrió a la cita a tiempo
Pero ya el tridente se había clavado antes que la flecha de cupido.

Que escribiría un poeta enamorado?
Las mejores poesías no anidan en un corazón ocupado.

No hubo cascanueces, ni palabras endulzadas, ni campanas durante el beso, no hubo beso………ella había muerto en el agua
Nunca supo que el baile de bodas era con el diablo.
Y vestidos blancos y jazmines azules le pertenecían a el.
Siempre oyó las canciones profundas del coro del alma.
y se pervirtió porque era tan frágil su virginidad de romper los muros de la carcel
Y por demás….una tijera sin genero le corto impunemente las creaciones
Despeinada y aturdida.
Conservando el hielo en sus pulmones.
Sabiendo que esta era la última vez.
Que iría a una cita de ángeles.



La pequeña respiraba gotas de sal………y se desvanecía.
Sin querer sin poder sin pensar.
Sutiles dedos la unían….la perdían….la estremecían.
Y un solo recuerdo que la marea como ciclomotor no se detiene
Se vio de pequeña
Una frazada cubriéndole los pies.
Y la picazón del sexo irreverente y desconcertado.
De la muñeca rota y negra de la mujer llena de sombras del tintineo de unos ojos mugrientos de esperanza y sueños.
Espero una vacuna contra la soledad.
Y una tierna violencia le empezó a crecer debajo de las axilas.
Así como una llamarada de pelos fosforesceandose entre si.

Podría enumerar la frecuencia de ocasos y pasiones.
Que filmaría una escena del teatro de su vida.
Ella no sabia si la manada reflejaría lo que era.
Nunca encontró la manada… se movían tan rápido.
Cambiando de especie… de sexo…… de color.
Era un prisma invertido de piel y de huesos.

Yo nunca supe cual de los milagros era para ella.
Y buscaba devolverle las alas a su mariposa.
Pegar cada hoja de paraíso a la rama.
Contar las bolillas………y solo
volver a sentarnos juntas una tarde de febrero
con su cabeza dormida en mis rodillas raspadas.

Y ser yo su orquídea ….y ella en mi………el agua.

Podía oler esa imagen de la niña sintiendo esa puntada en la entre pierna.
Mientras soplábamos dientes de león.
O contábamos ojitos de sapos
hasta la noche.

Al fin coloque a la niña en la fosa.
Tocando hebras de su pelo como instantes.
Absorbí la placidez de su entrega.
Del fin del ciclo, del comienzo de un pequeño milagro

Despacio corrí la tierra con los `pies Sellando la vida.
Algunas flores robadas
adornaron el centro de la sonrisa en mi rostro.

y sentî…………..

Nada mas bello que estar parada
Sobre la tumba de tu infancia.

A destiempo.

Enterró la manzana de hielo en secreto justo debajo de un matorral de sueños.
Unos huesos rotos tirados sobre el piso reclamaban la caricia de la carne.
Cortó la fruta en pedazos y repartió entre las bocas que nombran entre las bocas sin nombre de la cabeza rapada de brazos marcados saliendo de vagones de trenes entre pies descalzos en tacones y entre todas las formas muertas en cuerpos vivos…
….y permaneció inmóvil.
Casi como el árbol crecido de la semilla del odio
Se vio a si misma en una ronda de jueves
Tarde y desasida camino la vuelta a la plaza autómata
Ella había desaparecido un miércoles
Por eso ya no sentía nada.



Fabiana Posse, escribo poesia para alejarme de lo mecánico y acercarme a lo milagroso.