lunes, 4 de febrero de 2008

Gabriel Trujillo Muñoz

Asilo, 1981

Aprender que la vida es una línea
Una sombra que se desplaza por el patio
Una mujer que me contempla sin darse cuenta
Quién soy: qué tengo que ver con ella

“¿Te conozco?” pregunta
Yo le muestro las fotos de sus parientes
Más cercanos: su esposo: sus hijas
De su mascota favorita: un perro lanudo
Que murió hace tres años

Ella no atiende las fotografías
Me observa con enfado: yo soy su enigma
“Tú vienes muy seguido a visitarme”

Le tomo el pulso: anoto sus signos vitales
La hago hacer un poco de ejercicio
Sólo el necesario para que no se deteriore

“¿Me conoces?” insiste “¿Sabes quién soy?”
Digo que sí: que sé su nombre y su apellido
Dónde nació: en qué escuelas anduvo
Hasta recibirse de licenciada en derecho

Ella sonríe: “me lo imaginaba:
No sabes nada de mí”

Es cierto: soy un fraude
Nada sé de ella ni de los otros pacientes

Nada sabemos excepto que prefirieron
Marcharse con su mente a otra parte
Y ahora viven allá: lejos de nosotros
Lejos de explicaciones y exámenes
En un país remoto fuera de nuestro alcance

“Te ves triste” dice
“Como si no supieras qué otra mentira contarme”.


Gabriel Trujillo Muñoz (Mexicali, Baja California, 1958). Poeta, narrador y ensayista, ha publicado libros relacionados con la frontera norte de México y es autor de Huellas incurables. Seis artistas del siglo XX (CNCA, 1995) y de Visiones y espejismos. La sabiduría de las arenas (FORCA, 2007), entre otros.