martes, 1 de abril de 2008

Efraín Velasco Sosa

Cráneo adornado con mujer
para Rosa Ana


Un dorado y emoliente amor traemos entre costillas, amor mío
tan amante y hogar que es usted en todo lo humano que me procura,
pero un emoliente amor, repito
que con escasa frecuencia se padece en esta vida; que no tiene función de herida,
aunque al despertar, en aquella supuración invisible al interior que nos licua
–y que es cuando más invisible anda–, adolescentemente
nos funciona; que arde, como un terciopelo de larga fronda
a mitad de la estancia arde, arde en el hueso, hueso adentro se bate y endurece, parte:
un palacio de cera le ofrezco, que ni el tiempo ni el vértigo
deletrearán en sus maxilares de podredumbre. Nos masticarán
con dientes de esmeralda, pero será lo esperado, como aquellas viejas y
lagañosas, las decadentes y pestíferas golondrinas que no vuelven,
que no vuelven,
que no vuelven.





Efraín Velasco Sosa (Oaxaca, México, 1977). Becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes, Oaxaca (foesca), en el Programa de estímulo a Jóvenes creadores, en las emisiones 2006 y 2008. Colaborador en diversos suplementos y revistas regionales y nacionales. Forma parte del consejo editorial de la revista Luna Zeta (Oaxaca, México). Este poema fue escrito gracias al auspicio de la beca del foesca.