martes, 1 de abril de 2008

Rocío Muñoz Vergara

Mal rojo

Y dijo Dios:

“Habrás de abrirte en dos un día,
Ese día,
Cuando El Libertador toque tus aguas
Con su cetro infinito,
Con su horizonte”.


NIÑA DE TERCIOPELO


Yo no seré jamás ni he sido nunca
Tu dulce niña de terciopelo,
Porque lloro y me río cuando se me apetece,
Y grito gol saltando cuando marca mi equipo,
Y digo palabrotas.
Yo no seré jamás ni he sido nunca
Tu dulce niña de terciopelo
Porque no me censuro la risa escandalosa
Ni el pelo enmarañado por el viento
O por otros motivos.
Porque no pierdo el tiempo en cremas ni cosméticos
Que acicalen mi imagen pura cierta y sincera,
Y mis labios no son de caramelo
Sino de carne viva que despierta
Al amor y a los vicios.
Mis dientes no son perlas
Sino desgarradores de alimento.
Mis pies saben correr cuando hay peligro
Y buscar el peligro si promete
Aventuras y vértigo.
No. Yo no soy tu dulce
Niña de terciopelo suave y tierna,
Porque opino y discuto
Acaloradamente, sin mesura,
sin guardar apariencias,
porque fumo aspirando
el humo con fruicción casi angustiosa.
No. Yo no. Yo no seré jamás
Tu dulce niña de terciopelo,
Porque amo con violencia
Agresiva y oscura,
Porque no me someto a yugos rutinarios,
Porque nunca fui tuya aunque así pareciera,
Porque creo en el mimbre, en el esparto,
Y no en elterciopelo
Dulce y apabullante,
Porque lo dulce es solamente el cebo
Y yo soy el anzuelo
Breve fiero punzante y decisivo.



Rocío Muñoz Vergara nació en Sevilla (España) el 20 del 7 de 1982. Estudió Filología Hispánica en la Universidad de Sevilla y actualmente realiza el doctorado en literatura Hispanoamericana investigando la narrativa de Horacio Quiroga. Escribe relato corto y poesía, y ha publicado en diversas revistas.