Hoy amanecí Violeta
Decían: una flor de desierto era
Un pisotón, una patada, un desprecio
me cayeron encima como plomo
Un alacrán, un punzón, una daga
entraron sin permiso en mi cuerpo
En tierra despatarrada amanecí
con hierba en la entrepierna.
Hoy amanecí violenta
Decían cuando salí de la maquila
La sangre ha desaparecido en la tierra
Un arcoiris seguía, una carcajada y un asalto
Y dentro de mí decían fue Violeta
Un alacrán, un gancho, un dedo
entraron en dura, tierna y tersa hiel
Y caída del cielo me dejo
Con mi cara tumefacta
Hoy amanecí robada
Decían al salir de casa
Su risa era el campo/ Azul estaba
Sonido de iris y durmientes tronantes
arrojaron su boca y su raíz
Un trueno, un taladro, una segueta
eyacularon muerte en carne de mi carne
Tirada amanecí sin sostén en el piso,
En las cuerdas de la piel.
Hoy amanecí violentada
Decían a la hora del pan/ con el novio
Con pelo y ojos de furia desvirgada
Con rayos, truenos ideas relámpagos
Extrañaba el ataúd del cuerpo
Semen-garbanzos, huevos y aves
Anidan en mi ser como arañas
Yerta como palo frío sin tierra
Estoy en el viento que no tiene fin
Hoy amanecí violada
Decían con los puños cerrados
Querían encontrar la pared en mis ojos
Gatos, leopardos y venados
Caminaron encima del alimento
Golpes, ojos morados, mordidas
Conseguí para mis pechos
El desasosiego bocabierto
Decidió Dios en la abertura de los hijos
Hoy amanecí virgen
Decían en las paredes de mi familia
Su rostro figura tierra de mártir
Un rifle, una soga y un pañuelo
llegaron a la rueda de mi cuello
Una mano, un cerro y una ruta de asco
llegaron a mi desenfado brillando
Con la aureola de mi frente
decidí cuánto odio a mi gente.
Hoy amanecí ejecutiva
así dijeron los brazos que me acurrucaron
para abrir mis piernas a don Mundo.
Unas manos, un avión y una contracción
escucharon latir como perro a mi madre.
Mi cuerpo como la Protectora
Fluyó como mujer a su hombre
Así mi padre era temblor y lágrima
Como báculo recién bañado de hoyos.
Hoy amanecí mayor
Dicen las que fueron compañeras de pupitre
Murmuran que mis alas son de ángel
Llorando sin el placer que corta el aire
Un cuchillo, como mantequilla en el pezón
sangra en pene dulce y cortésmente
Fue una cita a ciegas.
Hoy no amanecí me encontraron
Era tarde y no llegué a la escuela
Sin retardo cayeron gotas a mi boca
Era él, que sabía de mi vereda.
Siento el cuello duro y lastimado
Me gritan las manos que hay dientes malosos,
feroces y burlones, de serpiente
Y dicen: para que no te olvides de mi sello.
Hoy amanecí sin ensambles
Decían mis compañeros de la maquila
que esperan ser descuartizados por el turno
Él me lo advirtió en la oscuridad
Él me lo dijo claro en rojo
Otro reclamo de grupo y será carne para el filo
Salí del trabajo
para divertirme en la noche
y el sol me dejo sin luz.
Hoy amanecí inclinada
saludando al sol con las nalgas
y un río de sangre por la cien.
Yo soy la sin rostro
La quemada por las sogas
Expuesta a las cicatrices
Con el seno al descubierto.
Mi pantalón nunca dejó mi pierna izquierda.
Hoy amanecí confundida
Acuclillada con tubo en cráneo
En tierras baldías
De cúbito ventral
Piernas semiabiertas
Enterrada de cabeza
Y las prendas fuera de lugar
Así hay más dudas decían.
Mauricio Ramírez
Nació en Guadalajara, Jalisco, en 1966. Estudió la Licenciatura en Letras y la Maestría en Literatura del Siglo XX, en la Universidad de Guadalajara. Tiene dos libros de poemas publicados: Tumbacasa (1993, en la U de G) y Mezqueno (1999, Ediciones Sextante). Es coordinador editorial de Ediciones Humo. Hace talleres de creación literaria. Es removedor cultural, actualmente trabaja en la Dirección de Literatura de la Secretaría de Cultura de Jalisco. Ha trabajo para la Universidad de Guadalajara como profesor de Lengua y Literatura y para el Iteso como profesor de Comunicación escrita y oral.