martes, 1 de abril de 2008

Perla Marina Castillo Torres

Sed de mar

Atravesando el desierto,
con la mente fija en ti,
es lo único que me anima:
La esperanza de regresar
a tu abrazo inmenso, intenso, eterno
al verdadero regocijo de mi alma.
Seca estoy por dentro y fuera,
no hay humedad en mis labios,
ni en mis ojos.
Mi corazón es papel que arde.
Un día fui gota viva de tu océano
y el sol voraz me succionó la vida,
la brisa que se encendió en huracán
Me arrebató lejos.
Convertida en grano de sal;
vocación de áspero cristal
rasgando suavidades,
voluptuosidad acartonada.
Inagotable llanto que al secarse
es blanco salitre.
Plegaria a la lluvia
para que bañe como besos suaves mis litorales,
o como lluvias torrenciales
que vuelvan a llenar mis huecos y aberturas.
Esta sed de ti
solo la entiende la oquedad de la roca,
esculpida por los siglos de los siglos.
Solo el haz de luz del pájaro de fuego
iluminando los rostros en la noche.
Solo el febril delirio del amante alucinando
en su lecho de muerte.
Mi último anhelo es ser envuelta en tu azul promesa,
y nadar en tus aguas,
agradecida, amante
con un halo dorado en mis pupilas.


Perla Marina Castillo Torres Comunicadora Social,. UAM,Periodista ycolaboradora de la Red Nacional de Mujeres Radialistas. Escribió la novela “Y de repente los pájaros". Imparte el taller de escritura para mujeres"Mujer, escribir cambia tu vida"