lunes, 25 de febrero de 2008

Elia Domenzain

Otra vez sola.
¿Cuándo he dejado de estar sola?
Nunca.
Aquí, en Bratislava, en Praga, en Budapest, en Viena, aquí.
Para qué escribo.
¿Quién leerá los recuerdos?
Y los amnésicos, a pesar de andar sin pasado, también están solos.
Sólo me tengo a mí.
Ha llegado el momento en que prefiero estar sola o en que acepto la rotunda soledad.
Afuera tocan jazz.
Lo escucho como lo escuché en el puente de San Carlos.
Hay muchas cosas rotas aquí,
Una silla, el vidrio de un cuadro, una ventana, un matrimonio malhabido… Prefiriendo el silencio escribo pensamientos para ya ni hablarme.
Intriga total de la existencia, incompatibilidad y desadaptación.
El aire enrarecido, sucio y envenenado en todo el planeta.
El año dos mil, la crisis global, caos de fin de siglo, de fin de milenio, de fin de era.
Citas abandonadas.
Huele fuerte a cebollas, ajos y jitomates deshidratados.
La cocina delatora, viva, en eterno ciclo de creación, ingestión disfrute y limpieza.
Efímero trance escénico. Interminables… magnificentes.
Instante total, absoluto flotante libertad.
Una noche
13 minutos
2 (dos)
3 (tres)
2 (dos)
de poesía grabada.
Siete, nueve, seis,
Euforia avasalladora,
bailando,
girando,
en un espacio de energía magnética,
intrínseca,
radiante,
me penetra toda.
Fantasía de la felicidad desbordada en el inmenso escenario iluminado.
Me sigue una luz intensa,
rito,
sacralidad teatral,
improvisación deleitosa,
entrega triunfal.
Sosiego paulatino, palpitante, aguardante, paciencia… paciencia….
Esta ambición de querer más, más tiempo en escena, más y más.
Paciencia ante el agobio de luchar por tantos proyectos,
¡cansa!
¡desesperanza!
¡casi me tira!
y la derrota es suicida,
es mortal.
Dar y dar y dar y dar.
Detenerse es congelarse
y fracasar.
Por eso es preciso seguir provocando la realización de cada aventura proyectada. Pararse es aniquilarse, no hay marcha atrás.
A este mundo ¿quién quiere venir? ¿quién?
¡Qué hacemos aquí!
La valentía de vivir.
El heróico acto de sobrevivir, a pesar de todo, a pesar de una misma.
¿Quién a este mundo quisiera venir?
Conscientemente yo no traería a nadie, a nadie.
Es demasiado triste,
injusto,
contradictorio,
complicado,
inaudito,
criminal
Hay tantas cosas rotas aquí:
La ilusión rota,
la memoria pateada,
el ridículo amor profanado.

¿Por qué programarnos la necesidad de compañía, de pareja?
¿Por qué la evolución es taaan lenta?
Taaaan LENTA.
Mejor será cerrar los ojos y sentir la inevitable respiración.
Rescatar el aliento divino
y dejarse abrazar por una única dicha interna,
escondida y fiel,
poderosa y reconfortante,
en la travesía de vivir
a través de una cortina de lágrimas.

Dame un lacrimatorio.
No es que llore,
sólo me escurren las lágrimas
y hay veces
en que ni siquiera me quieren mojar.
(It’s sad.)


Ruidosos recuerdos


el tambor frenético en los tímpanos
perforándome la paciencia

el ritmo metrónomo incesante
reta mi meditación

la madrugada violada en aullidos
desquicia mi autocontrol

los decibeles imitan rascacielos
provocándome el desespero

la irrespetabilidad de una fiesta en mi duelo
incita toda neurosis

el tormento chino a cuenta gotas de mis lágrimas
amagándome contra el insomnio

los golpes taladros de ironía
destruyen cualquier ansia de amor

el ruido insistente de un hematoma cambiando de colores

me patea odio
me patea miedo
me patea dolor

la histeria de las cuerdas monótonas
estalla en pedazos de vidrios mi espanto

SÓLO ANHELO EL SILENCIO

un violento jaloneo de las claves
no acaba la burla de mi deseo

astillada en el agua
olvidada en la tina
desgarrado el vestido
revolcada locura

arrastrándome muda sobre el pánico
azotándome sangrante en la humillación



Elia Domenzain, México, 1961. Actriz, bailarina, poeta, directora de teatro, productora escénica y promotora cultural. Lic. en Literatura Dramática y Teatro de la UNAM. Poemarios: Tlatoani del bosque (Fonca/Banamex) e Y ahora, soy yo la torera (Ed. Resistencia, 2002. Espiga Dorada Andalucía 2006). Medalla del Centro Nacional de Literatura de Bratislava, Eslovaquia, 1988. World Academy of Arts and Culture, avalada por la UNESCO, le otorga el Doctorado Honorífico en Letras en Taipei, Taiwan, 2003.