miércoles, 27 de febrero de 2008

Ana María Fuster Lavín

Mujer de ecos y una despedida

Para Elena
a dos años de tu partida…

Siento vértigo.
en mi copa un manantial vacío
mi cama es un diario ensementado:
ahora comprendo la locura del abismo



Ven, acércate,
mi vientre gime,
¿lo escuchas?
es la niña-sombra:
que grita, gruñe, garabatea mi útero;
nadie la ve, pero sigue ahí.

El temblor de la esperanza abrió la ventana de los sueños
desde mi vagina hacia el vacío de la muerte
y es que Elena temió ser, tan solo ser
pero sigue aquí...

¿Sabes?
La muerte libera el color de la palabra,
verde que te quiero verde,
yo también esperé el verdor de la sangre tinta
pero desde mi pubis la curva se agrandaba
y se liberó tan gris como el silencio del adiós,
mi vulva ensangrentada besó los pies de mi niña
y desde mis senos la curva se desvanecía...

¿Cómo? ¿Cuándo?
¿Qué significa una fecha,
o una menstruación perdida?
también se suman otros calendarios
esas muertes;
que viven, sienten,
se alimentan de mujeres infinitas;

mi vientre cobijó una muerte por llegar
una puta me cobra los segundos
mientras me hace el amor de los suspiros,
y es que la amé tanto, tanto
hasta quedar rota…

¿Puedes escucharla?
me llené de vida
y mi barriga de ecos
pero la placenta pendía de un capricho
y yo me desangraba lentamente.

Tengo miedo a los recuerdos que se deshojan
Soy mujer de luna, lunática, de fases lunares
Pero Elena tan sólo quiso ser mujer de ecos
sin antifaces luneros,
es una diosa, un mito, una melodía universal;
o seis onzas de polvo enamorado en una cajita de cristal

¿No escuchas?
acerca tu oído
mi barriga cicatriza asilos,
música azul,
amor de mujer en fuga
y quiero llenar mi copa de vino

que ya es hora de despedirse…





Duelo de Primavera

Para Elena

“y mi corazón está loco porque aúlla a la muerte
Y sonríe detrás del viento a mis delirios”
Alejandra Pizarnik



Quise morir de cartas y calendarios;
dejar la muñeca azul y ser tan sólo la niña morada.
Mis manos se derriten de pétalos rojos
y es que mi flor se ha vuelto pájaro y ha volado.

Me miro al espejo de quince primaveras,
acompañada de viejos y nuevos hábitos:
robarle una esquinita al pan,
o un chocolate a la abuela,
a veces, muchas, los libros de una biblioteca escondida
para hurgarlos con mis dedos salados, aún húmedos,
y luego de gemirme mujer,
de correrme la entrepierna vecina,
pero ahora tan sólo deseo morir de recuerdos y diarios.

Soy la dicotomía de las edades:
desde la nana de mamá
hasta los ronquidos de papá;
o la mano perdida del cartero entre mi falda
la mía, hacía las palabras en su cartera marrón;
ahora mi vientre fecundo escribe el último verso,
la muerte de la jaula libera mis alas
para dejar de ser también sombra de niña morada.

Aquí voy terminando mi despedida;
el libro de las tentaciones me hizo su esclava;
no me lloren por lo contado;
al fin he dejado de soñar:
la muerte deseada se me viene encima;
la vergüenza peregrina escaleras arriba,
al final del pasillo, segunda puerta color lila.

Mamá me mira y sospecha, pero no pregunta;
hay verdades que duelen más que los gritos,
y lloro en las madrugadas a falta de silencios;
mis manos de pétalos rojos ya derreten.

Mi imagen fantasmea;
todo concluye como debe ser,
no quiero pétalos sino muñecas para las niñas abandonadas;
ni rituales sino cenizas en el mar.

No me esperen en verano para un campamento de olvidos,
entreguen mis zapatos y mi ropas a la luna;
quiero permanecer loca, rota, tras un espejo
todas las miradas perdidas las dejo bajo el árbol del jardín,
me despido, la jaula fue traicionada,
mi flor se ha vuelto pájaro

y emprendo el último vuelo.


Ana María Fuster Lavín, San Juan, Puerto Rico. Narradora y Poeta. Libros publicados: Verdades caprichosas (First Book Pub., 2002), cuentos, premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña; Réquiem (Ed. Isla Negra, 2005), novela cuenteada, Premio del PEN Club de Puerto Rico; El libro de las sombras (Ed. Isla Negra, 2006), poemario, premio del Instituto de Literatura Puertorriqueña; Leyendas de misterio (Ed. Alfaguara infantil, 2006), cuentos infantiles; Bocetos de una ciudad silente (Ed. Isla Negra, 2007).