martes, 1 de abril de 2008

Feliciana Adame

Requiem al dolor

A Tere y Doria Gómez


Este cuerpo que cargo, no es mi cuerpo
desvalido, largo, enfermo,
en otros tiempos fuerte y firme
con sus hijos en pié
raíz en tierra.

Estos brazos que antaño te estrecharon
presentan nervaduras
huellas frescas
de un suplicio mayor que sopesaron
al paso de muchos meses
en dolencias.

Mis pechos que sirvieron de alimento
a bocas pueriles e inocentes
conservan ahora cicatrices
que perforan y humillan
a conciencia.

Mis pisadas no rozan el camino
que los buenos momentos
cobijaron
han callado palabras de contento
su compañero es hoy, el
silencio.

En un día como tantos en cansancio
guardo en mi corazón
un solo ruego
un réquiem para el dolor
y consecuencias
aguijón que consume y atormenta.


Feliciana Adame, Guadalajara, México