Desolada
Nunca tuvo esperanzas excesivas
Que le hicieran transgredir sus propios genes
Solamente un espacio muy estrecho
Impidiéndole extender su triste cuerpo
Soledades de niña, acumuladas
Y esporádicos afectos, sin verdad
Resistiendo como un náufrago perdido
Defendiendo su misterio, sin hundirse
Conoció la importancia del silencio
Como firme armadura, protegiendo
Pero múltiples voces, destructoras
Confundieron su mundo y su agonía
Una intensa visión monocromática
Recurrente en estados de vigilia
La alejaba de los rojos del ocaso
Y de bellas ilusiones coloreadas
Cada intento de emerger, fue malogrado
Por traiciones que alteraban los sentidos
Ignorando por confiada e inocente
Lo que encierra de implacable la derrota
Sus períodos de furia, inconfesable
Terminaban en insomnios abismales
Reprimiendo el impulso…comprensible
De vengar, esa existencia desdichada
Suicidándose de a poco, atormentada
Y aún sintiendo temor, tampoco quiso
Perdurar como un símbolo patético
De una historia feroz, que no la incluye
Adriana E. Dellorefiche, licenciada en artes visuales, artista plástica, docente, escritora. Nacida en Rosario, actualmente reside en Villa Gdor. Gálvez. Pcia Santa Fe. Argentina 2º premio en Poesía 8º concurso del Milenium. Ciudad de La Plata. 2007 Mención especial Poesía otorgado por la Sociedad Argentina de Letras, Artes, y Ciencias. Filial Santiago del Estero. Nov 2007 Premio Selección Antología Poética 2008 XVIII Certamen Internacional Poesía –Editorial Nuevo Ser