lunes, 24 de marzo de 2008

Dulce María Cipatli Naranjo Sánchez

¿Qué es ser mujer?

Yo me preguntaba desde niña que era ser mujer…
pensaba que eran esas mujeres de aparador,
de la belleza con máximo esplendor, o que eran…
las que engrandaban vida con su vientre y su amor,
creí que era solo eso ser mujer…

Cuando llegue a la pubertad el mundo me mostro
cosas extrañas e interesantes,
me mostro los placeres de la vida, lo mas excitante
pero también lo mas triste y lo mas desolante, por que también me mostro que a veces solo somos cuerpos de instintos carnales.

Me mostro que no somos inmunes a las enfermedades, por que mi mente lo recordaba
cuando miraba mis muslos o mi cuerpo enfermo
que dejaron mi vientre y mi corazón secos por dentro.

Me mostro que no puedes amar a alguien con mas edad,
ya que la vida no se puede saltar los ciclos o parejas o anécdotas o la propia inmadurez.

Me mostro que tenemos que aprehender a ser mujer, en cada caricia, en cada ola o con las huellas que vamos dejando a lo lejos.
Que ser mujer es lidiar con la soledad, hay que tomarla de la mano y eso nos brinda serenidad.
Que ser mujer es amar mis libras de más o aprehender a mejorar.
Que ser mujer es no ser la muñeca o el papel, es ser hierro es ser roca.
Que ser mujer es aprehender a ser un poco tonta…
Que ser mujer es ser como la miel exquisita pero no alimento de cualquier abeja.
Que ser mujer es aprehender de los errores que aunque duelen te hacen crecer.
Ser mujer es vivir del presente evitando que el pasado te aceche.
Ser mujer no solo es ser una membrana o vientre engendrador.
Ser mujer es amarse a si misma y es amar a los demás.

Que la importancia de ser bella
No es la importancia de ellos, es la importancia de una misma.


Pero también me mostro que olvide ser niña, para convertirme en mujer,
que olvide jugar a las muñecas, que olvide correr por los campos llenos de margaritas,
que olvide reír, que olvide saltar,
que olvide como era dormir con las estrellas para dormir entre sus brazos,
que olvide despertar con el canto del mar para despertar con un te amo que no llego jamás.

Y comprendí que ser niña y mujer es laque marca el limite del sueño y de la utopía,
que ser niña es fácil, es mas sencillo es deshojar las rosas…
que ser mujer es más complicado ya que se tiene que sembrar las rosas, cuidarlas de las plagas y dejar que no se sequen.

Por que la moraleja de l a vida es que la niña quiere ser mujer y la mujer quiere volver a ser niña.

¿Y te pregunto tú que prefieres ser?

Yo prefiero ser la mujer que se entrega, la que se equivoca, la que llora, la que lucha a todas horas, yo prefiero ser la mujer que es una niña, una niña que juega ser mujer… Por que solo ser una mujer sin esa niña es ser una mujer rota absorta y contra la pared…


PARA UNA MUJER ROTA…
Te pido mujer que mires una vez mas por esa ventana, mira bien no pierdas de vista la pared, las hojas, las sombras.
No olvides los colores que surgen a tu encuentro , respira hondamente y abre tus brazos a la brisa sofocante abrásala bien , aquieta tus ansias de vivir como el mar, un mar indomable claro, transparente pero también profundo y siniestro, ahora después de haber mirado tras la ventana y de notar que no hay mas allá , que solo era una ilusión, envuelve tus alas , desprende el manto de tu cuerpo y prepárate para un viaje astral mas allá del alma y de lo que puedas encontrar en el mar.
Y ahora que estas ahí cierra con llave, cierra las ventanas y desabrocha tu silencio, ahora llora, llena la habitación de tus interminables gotas.



Dulce María Cipatli Naranjo Sánchez, tengo 20 años, vivo en el Eestdo de México en un recóndito lugar llamado Tultepec. Estudio en el 2º semestre de Derecho en la UNAM y soy ferviente admiradora de Simone de Beauvoir y todas las mujeres que luchan y mueren en el nombre de cualquier tipo de amor.