lunes, 4 de febrero de 2008

Florita Villlegas

Legítima
Paso

el dedo

por el filo

del cuchillo

d e l e t r e o la cuerda

reincido en legítima defensa

vía tabletas

sin prescripción médica

Cavo la cuota habitual

de una fosa

que cada vez más me pertenece

y duermo

con sabor de azúcar

en los labios.
.
Cada parte
de mi cuerpo
es una isla
con código propio.
Soy
dermis
cáncer
vista a través
de un artefacto.
Granos de arena
atascan mis engranes
ángeles malditos
hilvanan
mis fisuras.



Intento de suicidio
no.
Sólo un accidente
de cocina.
De la cebolla
a la vena
el cuchillo
reconoció su vocación.

Nací privilegiada:
mujer

de sacarina
diestra en la lucha
libre
contra los carbohidratos
y en empezar desde cero
calorías.
Traductora del mundo
en porciones exactas
sin penas que resistan
la gloria
de los milagros light
embotellados.
Privilegiada soy
mujer
costilla
pero sin grasa.

Sólo una herida propia.
Una marca
para sentir
este cuerpo
menos tuyo.
Palpa.
Es casi igual
a la otra:
cuando parí los hijos.
Pero hoy
no tendrás
una versión sublime
qué contarle al mundo.



Florita Villlegas, Chihuaha, México