lunes, 4 de febrero de 2008

Melania Geymonat Ramírez

Historia de una niña

Mamá a los 14)

La niña apresurada entró a su hogar,
y sintióse asustada, pues llegaba cinco minutos tarde.
La madre oyó sumisa sus disculpas y, cobarde,
calló, sin decirle nada.

Así la niña se encerró en su cuarto,
jugó con sus ponys y con sus muñecas.
Su susto repentino, ahora hecho una mueca,
De un triunfo falaz.

Tres años más tarde, en el mismo pueblo,
raros aires llenaban la misma casa,
y mientras de una niña inocente, hoy no queda nada,
muchas sombras opacan su vida.

Su progenitora sin haber cambiado, la dejaba fuera rebelde.
“Má, estoy en casa”, dijo la última noche de inocencia;
y mientras un ordinario, se llevó su pureza,
su propia madre ni percibió su llegar.

Nueve meses más tarde, acarrea un coche azul.
Y un bebé gimotea en su interior,
¿es que acaso no fue conciente? Dice un preguntón,
que chusmea el comentario del pueblo.

La joven ahora tiene una fiesta,
y celebra sus quince años junto a su hijo.
Hoy de un futuro brillante, sólo queda un suspiro,
y de su juventud tan solo algún recuerdo.

Deserción a la amistad

Hoy he ido al liceo y la he extrañado en su banca.
Y con el timbre chirriante, tomé la mochila y monté mi bicicleta.
La crucé en la calle. Su espalda hoy, no recta,
me indica que ha perdido su orgullo.

De los trabajos en equipo, seguro se acuerda.
Hoy, hecha una adulta. Ayer, queríamos conocer el mundo,
cuanto pesa cargar con éste escudo,
contra un enemigo llamado reputación.

La veo a ella, y veo sólo una adolescente,
de quien yo he sido amiga. Ayer éramos siete,
hoy sólo cuenta con su madre, conciente,
de que por miedo a los chusmos, la hemos abandonado.

Y levantó la cabeza, al tiempo que me observó.
Desearía pedir perdón, y confesarle mi sentir indignada.
La desazón, que tengo de haber dado la espalda,
a una amiga, que cometió un error.


Melania Geymonat Ramírez
Orcoyen, Palmitas, Soriano, Uruguay.