lunes, 24 de marzo de 2008

Ana María Caliyuri

La guerra perdida
Los sueños postergados
los ideales fenecidos
las certezas tambaleantes
vibran en este árbol tan mío.
Sé que he perdido.
La peor de las miserias
dentro y fuera de mi misma
es no creer como es debido.
En el jardín de las mil espinas
los grilletes siempre brillan,
sé que no respiran
pero, en cada noche de luna
en que el lobisón es pesadilla,
crujen los grilletes entre mis cenizas.
Les creo a ellos
y descreo a la vida.
Guerra de los sin rostro,
guerra perdida.
Aunque algunos misterios
plenos de tibias caricias
iluminan mi alma
para resplandecer el día,
es de leal confesión decir:
junto a ellos desembarcan
las arcas de ancestrales estigmas.
Busco inerme y sin prisa
ese lienzo diáfano
que cicatriza las heridas,
mas mi mente recuerda
y juega a las escondidas
convirtiendo cada lienzo
en sudor y hedor sin día.
Guerra de los sin rostro
guerra perdida,
quizá
la suma de quizás,
en un tiempo sin medida,
me devuelvan entera a la niña.
Esa que anida en capullo de seda
y le teme a vivir sin ser descreída,
esa que me habita etérea
entre jazmines y fresca hierba,
la que cruza las fronteras
seleccionando la justa palabra
la sentida, la artera.
Esa que no sabe de guerras
solo sabe de amor y de entrega.



LAS POSIBILIDADES DEL SOL

Es posible
el constante arrullar del río
para acariciar los días gélidos
de un mundo tan dispar,
es posible
remendar las ilusiones
con esencia de jazmín
para volver a empezar,
es posible
contar las infinitas estrellas
hasta hallar la que refleja
la mirada universal,
es posible
naufragar entre las metáforas
hasta hallar la señal certera
que testimonia la gravedad.
Todo es posible
y aún más
cuando las voces y las manos
abandonan la singularidad
para renacer
como arpegio equitativo
de las virtudes en plural.
Pero, es imposible olvidar
el tifón que desbordó mi mar,
pues, se sellaron en rojo
las ausencias de romanas,
en un tiempo de menosprecio
por los retoños y la vitalidad.
Sin embargo, hoy,
el sol me abraza
para avivar la posibilidad
de transparentar
el sentir cristalino
por un único contemplar,
y colapso consciente
entre los signos de hostilidad
para aferrarme a la belleza
de un mundo ideal.


Ana María Caliyuri, nacida el 23/7/55 en Ayacucho- Argentina.Ha sido publicado su libro “Latidos Perennes” en Italia, bilingüe español-italiano , premiado como la mejor poesía extranjera. Señalización de mérito con la poesía “ Palabras” en el Concurso Internacional de Poesía ciudad de Montieri – Italia. Obtuvo el Primer Premio en Sección extranjera de VIII Edizione 2007 Premio Internacional de Poesía “Tra le parole l’infinito ”con la poesía inédita “ Mensaje Genuino”.