jueves, 29 de mayo de 2008

Raquel Lanseros

UNA MUJER ENFERMA

Detrás de una canica
azul como una pérdida
corren las manos ávidas de un niño.
Como una inacabable fortaleza
descansan los fascículos
ordenados por precios, por tamaños,
alrededor de un quiosco.
La calle entera
es un revoloteo de pies apresurados,
un murmullo de adioses asentándose
en el eco lejano de la tarde.

Una mujer observa con dos ojos de niebla.

La tarde bulliciosa va tomando la forma
de un sueño por cumplir.
Ella piensa: Las sombras de los árboles
se parecen a los versos de Whitman
porque siguen creciendo eternamente.

Nunca ha tenido dioses,
no ha sentido
ese amargo deleite de la confianza ciega
ni la necesidad de una certeza
a cambio de su alma.

Hasta este mismo instante
había estado vacío el cajón de su miedo.
Y de pronto un latido
íntimamente puro
le desvela una noche más escuálida
en medio de una tierra más desnuda.

Ella recuerda cómo brillan los alacranes
a mediodía en verano,
majestuosos y erráticos
como ídolos aztecas.

Justo entonces comprende
la razón de Walt Whitman.
Y comienza a creer
en ese dios magnánimo y pagano
que está vivo en sus pies,
en sus axilas, en la hierba mojada,
en cada ocaso claro
como una madre encinta,
en sus ingles de barro
y en el recuerdo vivo de todo lo que ha amado.



RAQUEL LANSEROS. Jerez de la Frontera (Cádiz), 1973. Colabora con poemas y reseñas críticas en numerosas revistas literarias. Autora de tres libros de poesía: Leyendas del Promontorio (Ayto. Villanueva de la Cañada, Madrid, 2005), Diario de un destello (Ed.Rialp, Col. Adonais, Madrid, 2006) y Los ojos de la niebla, (Ed.Visor, Madrid, 2008). Ha sido galardonada con un Accésit del Premio Adonais y el Premio Unicaja de Poesía.